![]() La realidad entre pertenecer al gueto y pertenecer a la alta sociedad y darse a su lugar Por. José A. Montoya Desde el 27 de Mayo del 1980 fecha en la que arribé a los Estados Unidos desde Cuba vía Mariel Cayo hueso me supe dar a mi lugar en esta nueva sociedad a la que llegaba; Al llegar y ver a aquellos cubanos junto al muelle que esperaban ansiosos a familiares y estaban muy encopetados y un glamour a la altura de New York New York “bailando bajo la lluvia” y al estilo de los clientes de las pasarelas por dónde desfilan los mejores diseños de modas y aquellos olores a los mejores perfume caros y los peinados elegantes, entre hilos y sedas, las damas en sus antebrazos con sus carteras caras y tacones de fama internacional, con una conversación culta y refinada, y un alce imperial al estilo de la realeza inglesa o Española o de la alcurnia imperial, definitivamente ni semejante a aquellos que desembarcábamos con un hambre atroz y una gran falta de apoyo y ociosos de conocer todo, claro, entre esos 125 mil cubanos un 25% de ellos eran delincuentes comunes que al final terminaron muertos o encarcelados de por vida, entonces la mayoría de esos 125 cubanos llamados Marielitos ya a los tres años éramos difíciles de reconocer si pertenecíamos a los cubanos viejos o éramos recién llegados, el cubano captó su forma de expresarse a la edición Miamense y estadounidense en meses, y en meses muchos ya eran empresarios, profesionales, presentadores de televisión famosos y personalidades que caminaban a la par de esa alta sociedad cubana que al principio definí cómo “El glamour de una sociedad que desapareció en Cuba” digamos la verdad y acépetela, no se engañe usted mismo. Ahora les hablaré de Mí, un Marielito que desde 1985 a la fecha me convertí en una figura pública considerado por un sector los cubanos y por los medios de radio y televisión, periódicos locales e internacionales, noticieros, programas de fama todos los cuales en su mayoría participé cómo un hombre amado y odiado cómo lo definió la revista LOFF internacional en su editorial sobre José Montoya, un empresario propietario promotor de los club más famosos de la época en Miami años 80’s y 90’s “Club New en South Miami Beach, Club Rick’s Bar, la compañía discográfica Legacy Records, promotoras musicales, conductor de programas de televisión por 27 años, propietario de estaciones de televisión, en Miami por ejemplo canal 19, dos estaciones de Tv internacional, 4 estaciones de radio internacional, estudio de producciones de música, estudios de televisión, productora de televisión, promotor de conciertos, líder religioso, escritor, periodista, he compartido programas de televisión con los más famosos de Miami, he tenido programas de TV en América Teve 2001, Tele Miami, La Poderosa radio, Unión radio, Azteca América 2005 y 2007 canal 34, conozco personalmente a líderes políticos cubanos, a congresistas, políticos locales, y empresarios multimillonarios de alta sociedad, con todo y eso, no considero a ninguno de ellos mis amigos, y jamás he aceptado una invitación de ellos a cenar, ni a socializar, simple, porque uno de mis derechos es escoger a mis amigos, no me interesan las amistades que quieren atribuirse el derecho a ser mi amigo, mis amistades las escojo yo, y me doy el placer y el gusto de decir “No me importa ni tu amistad, ni que trates conmigo, seas quién seas, así se trate del presidente de los Estados Unidos o el miserable que vive debajo de un puente” es verdad lo que dicen los medios cuando se refieren a mí “El controversial empresario santero José Montoya”
No se confundan los que creen que el hecho de yo ser amable significa tener derecho a ser mi amigo o tener amistad con mi persona, mis amistades no pasan de 10 dedos y amigos no tengo. Considero muy personalmente de que el echo de que un pretencioso del gueto busque algo de dinero y quiera aparentar pertenecer a la alta sociedad no significa que tenga derecho a ser admitido por aquellos que están reconocidos cómo de la alta sociedad por la sociedad misma, “La única forma de que la alta sociedad de lugar a un marginado del gueto en sus lares es cuando éste antes de adquirir dinero o convertirse en rico aprenda a tratar con la alta sociedad, y con todo y eso le será difícil, porque no existe dicho más cierto que aquél que dice que “El mono, aunque se vista de mono, mono se queda” Y ahora les presento al José Montoya ese que frente a las cámaras de un canal de televisión se para diariamente hablando lo que piensa, No me interesa la amistad de nadie, no me interesa su dinero, no me interesa lo que me valla a dejar de ganancias, no me interesa la amistad de aquellos que desconozcan que cada cuál se tiene que dar a su lugar frente a los demás, y cuando digo a su lugar, se traduce a no exigir lo que no tiene derecho ni se tome una confianza que no le han brindado, y brindar respeto, porque en mi caso, yo entiendo por ejemplo que puedo ser todo lo que soy o haya sido e incluso considero que aquél que no le falten 1000 mil millones de dólares pretenda mudarse de vecino al lado de los Rockefeller o de los Vanderbilt, así que cómo yo me se dar a mi lugar frente a esos iconos de la alta sociedad porque no soy un equivocado estúpido, no seré igual que esa familias pero hay que que darse a su lugar conmigo, yo no quiero ser amigo de nadie, no se confundan, ni tener amistad con nadie, no se equivoquen, ¿no les gustó? pues es fácil, poco me importa usted porque usted no es mi amigo ni mi amistad, sin embargo, no hay día que no comparto con personas extremadamente pobres… Pero se lo ganan, porque son personas pobres, pero humildes y respetuosas
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Primo Cruz
AuthorHeron media Group Archivos
Octubre 2020
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